¿Para qué cosas son mejores los introvertidos?

Los extrovertidos son buenos para muchas cosas y eso los lleva a ser exitosos en muchas áreas, pero ¿y los introvertidos? ¿Dónde están y qué es lo que hacen mejor?

Empecemos por el principio ¿de donde sale el introvertido y desde cuando existe?

Pensemos un momento en la era de las cavernas, en el primer hombre animal que fue capaz de subsistir de la caza y la recolección. Les cuento una breve historia.

Imaginemos por un momento un grupo de hombres reunidos, responsables de la alimentación de su tribu y con la agenda del día con una sola tarea, ir a cazar para dar de comer a los suyos. En este grupo, la mitad es extrovertida y la otra mitad introvertida, pero ninguno lo sabe entre ellos. A fin de cuentas, los hombres de las cavernas no saben discernir todavía sobre este concepto abstracto.

En fin... todos se reúnen en un círculo para planificar el método de caza del día. Entonces uno de ellos, el líder, dice:
─ Creo que debemos ir a la montaña donde se consiguen los mejores ciervos, con que matemos tres nos alcanza para alimentar a todos los de la tribu y nos sobraría para hacer el viaje a tierras más bajas para asentarnos, sólo hay un detalle, los osos merodean el lugar y tenemos que ser fuertes para enfrentarlos o silenciosos para esquivarlos.

Todos están de acuerdo, porque, bien, todos están acostumbrados a que ese es su día a día, arriesgar el pellejo por conseguir comida. 

Sin embargo, en ese momento otro de los del grupo sugiere a su líder
─ ¡Señor! Es muy arriesgado pasar sobre los osos, estamos en temporada de apareamiento y los osos se vuelven más salvajes y territoriales. Lo mejor sería que vayamos por el camino del río hasta llegar a la laguna donde podemos pescar y así aseguramos comida para nuestra gente.

El líder responde,
─ Aunque podamos ir a pescar, los peces que podamos sacar en esa laguna no son suficientes para alimentarlos a todos
─ Pero señor, la última vez que lo hicimos alcanzó lo suficiente para todos. Comprendo que los ciervos nos alimentarán mejor pero corremos mucho riesgo de ser atacados por los osos y morir en el intento. La tribu se quedaría entonces sin comida.

Ante el debate, todos se miran preguntándose sobre qué deben hacer, si arriesgarse por una buena comida, o asegurarse su ración con una comida regular.

El líder se manifiesta
─ Creo que tienes razón pero la comida que consigamos en la laguna no nos dará la fuerza que necesitamos para ir a tierras bajas. Lo mejor será que nos dividamos en 2 grupos para aumentar nuestras posibilidades de conseguir la ración completa. Dejemos que los grupos se formen ¡Quien quiere venir conmigo!

Dadas las casualidades, la mitad del grupo va con su líder y la otra mitad va con su consejero a pescar.

Hasta este punto ¿Ya adivinaron quienes son los extrovertidos?

Los extrovertidos, a quienes desde ahora llamaremos a los arriesgados, prefirieron el camino de los osos mientras que los introvertidos eligieron pescar.

Al final de la jornada, se acercan y se reúnen de nuevo para contabilizar las raciones y los daños.

Del grupo de los extrovertidos, cansados y agotados, sólo trajeron 2 ciervos grandes y el ataque de una manada de osos lamentablemente se llevó en un ataque brutal a una persona del grupo. Por el otro lado, los introvertidos con fuerzas suficientes, trajeron 65 peces medianos y una persona con una lesión menor en la pierna. Un sólo ciervo aportará las raciones equivalente a 100 peces.

Con la estrategia del día de caza, la tribu pudo alimentarse adecuadamente con más que suficientes aportes calóricos que le permitirán aún tener reserva completa para los días venideros de viaje. Con el costo de que hubo una baja.

¿Qué aprendimos entonces?

La personalidad es algo que viene desde la evolución. 

Ser extrovertido no es malo como tampoco lo es ser introvertido. Cada uno se adaptó de la mejor manera para sobrevivir a su entorno. Mientras unos son más arriesgados por mayores recompensas otros prefieren la recompensa justa sin que conlleve tantos riesgos.

Todo esto se puede extrapolar para cualquier número de escenarios. Vayámonos unos minutos al escenario de las relaciones de parejas por ejemplo, una persona que es introvertida, a lo largo de su vida tendrá menos parejas sentimentales aunque serán más duraderas, contrario al punto de los extrovertidos que están en presencia de mayor cantidad de parejas pero los divorcios son más probables que ocurran en sus vidas. El número de amigos que pueden llegar a tener está correlacionado con la confianza que les puedan dar a cada uno, y ninguno de los dos bandos estará equivocado teniendo la cantidad de amigos que quieran tener.

En este mundo, hay un equilibrio. No está mal sentirse identificado con cualquiera de las dos personalidades, de hecho, hemos aprendido a actuar como la contraparte en determinadas situaciones, ¿por qué? para sobrevivir al entorno.

Sobre donde están metidas esas personas

Los unos en sus casas tranquilos y aislados de los ruidos, y los otros en fiestas o en presencia de personas y el bullicio.

Quiero dejarte una pregunta para el debate

¿Quién de los dos crees que es mejor gerenciando grupos de personas para realizar tareas cotidianas y, para ese mismo grupo,  explotar la creatividad en la solución de problemas? ... Escríbelo en los comentarios para debatirlo, estaré muy atento a leerte 😉

Me puedes conseguir en instagram como @factorcontreras. Escribo como hobby personal y para mejorar cada día.

¡Nos vemos!