Cambiando DevOps por ¿crear videojuegos? 🎮

Algo definitivamente pasa en los 30, ya que uno siempre está nadando en un mar de reflexiones

Esta semana pues, he tenido varias

- Por un lado comenté en un post de LinkedIn que los humanos somos seres en constante cambio. Vaina real que nos pasa a todos.

- Por el otro, hace un par de días terminé de leer Choro 2021, un libro extraordinario con temática western y de autoría venezolana, que da origen luego a un juego de video espectacular.

Hace unos posts hablaba de mi "Everest profesional" que por cierto es (y sigue siendo) DevOps. Una metodología de comunicación y ejecución entre Devs y Ops donde en algunas varias empresas se ejerce como un único rol dentro del departamento de tecnología. Pues bien, este Everest está en un hold temporal.

Como mencioné, tuve la oportunidad de encontrarme con un juego primero y un libro después. Hablo de Choro 2021. Una obra fascinante que llevó mi imaginación a otros niveles y me motivó a comenzar en una industria que ahora les contaré.

Me di cuenta que estaba eligiendo una rama en lo profesional, ¿pero que había de mi lado personal? lo que me llena, lo que me nace hacer, por lo que se supone debo ser feliz.

Choro 2021 y Zitelmann me hicieron reflexionar mucho. Me dieron un verdadero motivo para hacer lo que siempre quise de pequeño. Videojuegos.

De alguna manera la narrativa que este pana usó en su libro, me enganchó. Tanto así que me comí este libro de 300 págs. en 5 días cuando generalmente me debió tomar 3 meses en promedio. Es decir, que algo bueno debe tener.

Una historia llena de zombies, sirenas, guardias nacionales, malandros, esotería y fantasía desarrollada en una época postapocalítica con una alta carga de elementos venezolanos como son: los chocolates Savoy, Choroní, El Ávila, Patanemo; nuestras series de la infancia Candy Candy, Thundercats; leyendas como el Dr. Knoche; referencias a películas ochenteras, un sin fín de posibilidades

No es para menos. Esta explosión de creatividad de tal magnitud me dejó salivando con yo poder crear este tipo de historias y plasmarlas en algún asset digital, más bien, un videojuego.

Vengo de un fin de 2021 con un mindset mejorado y con la convicción de que tengo las condiciones perfectas para incursionar en este nuevo campo. 

Desarrollar al menos un juego en 2022 será mi meta personal. Para bien o para mal, sea bueno o sea malo. Lo importante es plasmar lo que tengo en mi cabeza por crear. Y para convencerme a mi mismo que voy en serio lo pineé en mi twitter

Estoy sumamente emocionado porque sé que en el camino me voy a encontrar, sin haberlo pedido, a todas las ramas de la tecnología donde eventualmente me encontraré de frente con DevOps. Así que, por qué no aprovechar la oportunidad de aprender lo que me gustaría hacer en lo personal con lo profesional.

Sé que no basta con solo tener un mindset mejorado y ya. Se necesitan pequeñas dosis de motivación para seguir en este camino que es como un viaje al vacío, al horizonte. Procuraré tenerlas siempre. Sólo espero también que las personas que me encuentre en el medio formen parte de esta motivación. Desde ahora debo poner las primeras piedras para formar mi base. Eventualmente tendré varios retos, con los que me gustaría lidiar para medir mis verdaderas capacidades. Quiero empezar a labrar mi camino y hacer que este hábito se convierta en hobby y que de hobby salte a algo profesional.

Si se puede 💪 

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Un tributo-metáfora usando la influencia narrativa de Zitelmann

Llevo el segundo lugar en la pista de 2021 perdiendo por una diferencia de 6 días. El Safety Car sale en las últimas vueltas, con premeditación, casi como queriéndome ayudar en las últimas curvas para descontar el gap a mi rival Lewis Metas

La salida del Safety Car me permite entrar a pits para un cambio rápido de ideas. La distancia se agranda por unos días pero luego me acerco al Heptacampeón lo más que puedo sin violar el reglamento de la vida hasta alcanzar rápidamente solo un día de diferencia.

Dentro de mi último carro que decidí llamar 'Reflexiones', puedo notar como el cambio de ideas ha repotenciado la marcha y ahora proporciona un mejor agarre en las curvas. Recorto mi distancia a medio día. Se da la señal de retorno de la carrera y el Safety Car regresa a su puesto. Un frenazo violento de Metas me obstruye el lateral interno por donde puedo adelantar. Acelero al salir de la penúltima curva pero Metas tiene aún el control de la carrera. Me mira acercándome por su retrovisor y puedo verlo de reojo en su nerviosismo. La distancia entre ambos es la misma que existe entre la hora del almuerzo y la cena. Recibo ánimos en la señal de radio de mi equipo familiar ¡Tu puedes! No veo el momento preciso de maniobrar. Me queda una última curva y oportunidad. Noto que el carro de Metas desacelera, en realidad se trata de la condición de sus ideas, ya se encuentran totalmente desgastadas sin posibilidad de reajuste lo que provoca su disminución en velocidad. El agarre no es el mismo que llevaba. Aprovecho mi oportunidad, tomo nuevamente el lado interno de la curva. Llevo a Reflexiones a su pico máximo y la fuerza G me desajusta. Me acomodo rápidamente y giro el volante en la dirección opuesta para tapar a Metas. Lo diviso ahora por mi retrovisor. Se hace más pequeño en el reflejo, hasta que se hace diminuto. Siento la emoción y adrenalina, la familia grita a destajo y me provocan una sordera momentánea por el audífono en mi oído. ¡Lo logré! Cruzo la línea. Me corono campeón por primera vez y gano en el circuito más difícil de la temporada. 

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